jueves, 24 de mayo de 2012

Historia del Arte. El barroco


EL ARTE BARROCO

  EL BARROCO EN ITALIA

ARQUITECTURA

El arte barroco se extiende desde principios del siglo XVII hasta mediados del XVIII. Se trata de un estilo ampuloso y recargado. El desarrollo de este estilo tuvo gran influencia la labor de la Iglesia.

Las principales características y períodos son
Entre la arquitectura renacentista y la nueva arquitectura barroca existen una serie de diferencias visibles:
  •    Los edificios se llenan de movimiento. Para ello utilizan elementos como los frontones curvos  o los frontones partidos. El gusto por la línea curva afecta también a las columnas. La columna salomónica se convierte en uno de los elementos más característicos del Barroco.
  •    Las fachadas de los edificios tienen múltiples planos que introducen luz y juegos de perspectiva.
  •     Se usan efectos ilusionistas que agradan el espacio: espejos, cúpulas pintadas con profundas perspectivas…
  •     Se usa el orden gigante , que sustituye las superposición de órdenes clásico por el empleo de  columnas de enorme tamaño.
  •    Se utiliza la decoración muy abundante formada principalmente por temas vegetales. El interior de los edificios se enriquece con pinturas y retablos dorados.
  •    Preocupación porque el edificio destaque en el espacio.  Para ello, se diseñan enormes avenidas y plazas.

    En la arquitectura barroca italiana se distinguen dos grandes momentos:
    El primer tercio del siglo XVII, en el que el Barroco es más calmado y se encuentra más ligado a la Contrarreforma.
    El resto del siglo XVII.  En este momento podemos hablar de un Barroco pleno. Es cuando se desarrollan su labor arquitectos de la talla de Bernini y Borromini.

PRIMER TERCIO DEL SIGLO XVII

Carlo Maderno

Dirigió la arquitectura romana por nuevos cauces y dejó una obra monumental y sólida. Una de sus principales obras fue la construcción de la fachada de la iglesia de Santa Susana. Está formada por dos cuerpos donde los vanos, las órdenes y la decoración se disponen de una manera ordenada, lo que proporciona una intensa sensación de movimiento.
Otra obra de importancia fue la cúpula del templo de Sant’Andrea della Valle. Maderno también diseñó el palacio Mattei con su patio decorado con antiguos bustos, estatuaria o relieves de clara inspiración manierista y la novedosa utilización del estauco para ornamentar los tramos de la escalera.

Ø  FACHADA DE SAN PEDRO DEL VATICANO (1607-1612)

Además de concebir una nueva planta, Maderno construyó la fachada principal. Esta fue concebida con un predominio de la horizontalidad frente a la verticalidad, de esta manera no se restaba importancia a la gran cúpula ideada por Miguel Ángel.
En esta fachada Maderno utilizó columnas y pilastras corintias de tamaño gigante. La parte central aparece un poco adelantada, lo cual da sensación de movimiento. Como remate se sitúan las esculturas sobre una balaustrada.
En un principio se concibieron dos campanarios, uno a cada lado de la fachada, pero no fueron realizados.

SEGUNDO Y TERCER TERCIOS DEL SIGLO XVII

Gian Lorenzo Bernini

Durante el segundo y el último tercios del siglo XVII, el arte italiano estuvo dominado por la excelencia creativa de Bernini. Éste no sólo fue un genial arquitecto, sino también un gran urbanista, escultor y pintor.
Bernini nació en Nápoles en el seno de una familia de escultores. En 1605 se trasladó a Roma, ciudad en la que siempre permanecería, excepto cuando fue requerido por el rey francés Luis XIV y marchó a París (1665).
A partir de 1664 asumió el cargo del Baldaquino para San Pedro del Vaticano. Cinco años después fue nombrado "arquitecto de San pedro”; a partir de entonces realizó su obra urbana de mayor envergadura y de gran dificultad topográfica y litúrgica: la plaza de San Pedro.
En el año 1658 comenzó la construcción de la iglesia de San Andrés en el Quirinal. Este edificio de reducidas dimensiones tendrá una gran transcendencia en el futuro al utilizar una planta centralizada (ovalada) rematada por una cúpula, de clara influencia clásica inspirada en construcciones de la Antigüedad, como el Panteón.


Ø  SAN ANDRÉS EN EL QUIRINAL (SANT’ANDREA AL QUIRANALE, Roma

Esta iglesia fue un encargo del cardenal Pamphili para los novicios de la Compañía de Jesús. Su enclave en el convento que la acogía obligó a Bernini a crear una planta oval que en lugar de albergar capillas en su eje transversal tiene tres pilastras, lo que obliga al feligrés a fijar su atención en el altar mayor concebido a través de una abertura cóncava.
El color y la luz conseguidos gracias a los diversos mármoles utilizados y a la decoración estucada de Antonio Raggi dotan al espacio de un gran poder sugestivo. El carácter dramático aumenta en el intradós de la cúpula y la interna, donde se conjugan los colores blanco y dorado, gracias a la iluminación central, que contrasta con la penumbra de las capillas del templo.
La entrada de la iglesia queda enmarcada por dos gigantescas pilastras corintias, rematadas por un entablamento sobre el que descansa un airoso tímpano triangular. La puerta de acceso es un pórtico semicircular rematado por dos grandes volutas. La fachada tiene un movimiento envolvente.

Ø  PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO

AUTOR: Gian Lorenzo Bernini
CRONOLOGÍA: 1656-1667
LOCALIZACIÓN: Roma

DESCRIPCIÓN: Partiendo de la fachada de la basílica de San Pedro, Bernini planteó un primer espacio trapezoidal, la conocida como “Piazza retta”, que quedaba delimitado por dos brazos rectos que tienden a converger. Estas prolongaciones acaban en otro espacio de forma elíptica, en cuyo interior se disponen dos fuentes y un obelisco.
La zona elíptica está rodeada por un pórtico de columnas y pilares de orden toscano rematado por una balaustrada en la que se colocan estatuas de santos y mártires. Esta zona se concibió como lugar de reunión de los fieles, mientras que los lados rectos facilitaban la visión de la fachada desde la que el Papa realizaba determinados actos. Además, el desnivel del terreno mejoraba la visibilidad.
Con la forma oval se conseguía que los brazos porticados envolvieran simbólicamente a los fieles, tal como desea hacer la Iglesia católica.

COMENTARIO: Al plantear su obra, Bernini tuvo que resolver distintos problemas. Por un lado, estaban los meramente topográficos, como los desniveles que tenía el terreno y, por otro, estaban los conceptuales.
Entre estos últimos se encontraba el hecho de que la plaza debía servir como antesala de la iglesia más importante de la cristiandad. Además, en esta plaza se celebrarían actos litúrgicos que requerían un espacio amplio que acogiera a numerosas personas, pero también que permitiera la visibilidad, para que los fieles pudieran ver al Papa cuando se asomaba a su balcón. Por último, y no menos complicado, la propia forma de la plaza debía manifestar la unión de la Iglesia con el pueblo, es decir, la unión  de la basílica con la ciudad de Roma.
Bernini concibió la columnata para provocar sorpresa en el espectador, que, al llegar a la zona elíptica, se encontraba de súbito con la basílica de San Pedro.

Francesco Borromini (1599-1667)

Borromini descartó la concepción antropomórfica de la arquitectura, tal como se había venido repitiendo desde Brunelleschi. En otras palabras, su obra fue considerada en vida como extravagante y fantástica. Fue colaborador de Bernini, aunque con el tiempo llegaron a un abierto enfrentamiento. Se dedicó a labores escultóricas de piedra para la fábrica de la basílica de San Pedro y al forjado de sus verjas. Sus originales diseños ya se observan en algunas ventanas del palacio de Bernini, donde se interesó por ahondar en el detalle arquitectónico.
Quizás los dos edificios más destacados en su creación sean las iglesias romanas de San Carlo alle Quattro Fontane y de San Ivo alla Sapienza. Pero, además, intervino en muchas otras obras, como la reconstrucción del templo de San Giovanni in Laterano, en el colegio de Propaganda Fide, en el oratorio de San Felipe Neri o el palacio Falconieri. Su carácter neurótico le llevó al suicidio.

Ø  SAN CARLO ALLE QUATRO FONTANE

AUTOR: Borromini
LOCALIZACIÓN: Roma
CRONOLOGÍA: 1638-1641. La fachada se terminó en 1667.

DESCRIPCIÓN: El templo es de planta romboidal, acorde con la atracción que el arquitecto tenía por las formas geométricas de raíz medieval.
En su interior, las gigantescas columnas se disponen en intervalos de cuatro en cuatro y entre ellas se sitúan vanos, nichos y molduras que buscan un efecto escultórico. Asímismo, un sólido entablamento de gran plasticidad sirve como barrera horizontal y, a la vez, unifica el espacio.
Sobre el entablamento se elevan pechinas y arcos de medio punto que son los encargados de sostener la cúpula ovalada. Esta se decora con artesonados hexagonales, octogonales y en forma de cruz que, a medida que adquieren altura, disminuyen de tamaño. Esta decoración de la cúpula produce un poderoso juego de luces y sombras.
La fachada no puede desligarse del interior del templo. En ella combinó el orden gigante con el menor, de la misma manera que lo hicieron antes Miguel Ángel y Maderno. Las columnas unifican los distintos pisos.
Verticalmente la fachada se compone de tres vanos, los laterales cóncavos y el central convexo. Horizontalmente, estos vanos quedan divididos en dos cuerpos. El inferior se remata con el entablamento ondulante, y el superior, por otro entablamento que esta vez aparece fragmentado en tres partes debido a un enorme medallón sostenido por ángeles.
El resto de la fachada conjuga ventanas ovales, enmarcadas gracias a columnas menudas, con nichos escultóricos. Esta extraña fusión estaba alejada del concepto berniniano, para el que la escultura tenía un valor narrativo independiente del soporte arquitectónico.

COMENTARIO: En esta iglesia, Borromini consiguió integrar la ondulación inferior con las pechinas características de una planta de cruz griega y con una cúpula oval. De esta manera consiguió un efecto que le reportó el reconocimiento unánime de sus coetáneos y que sus planos fueran requeridos por sus colegas europeos.

ESCULTURA

En Italia, una vez pasado el Manierismo, los escultores comenzaron a introducir novedades en sus obras. Entre estos podemos citar a Stefano Maderno, Pietro Bernini (Padre de Gian Lorenzo Bernini), Camilo Mariani y Francesco Mochi. Pero el verdadero auge de la escultura barroca se alcanzó con la figura de Bernini.
La escultura barroca tiene como características:
×      El interés por expresar el movimiento. Este se refleja especialmente en el tratamiento de los ropajes, que se vuelven ampulosos. Asimismo, las figuras forman diagonales y se representan en escorzo para marcar aún más el sentido del dinamismo.
×      Los ropajes y el movimiento acentúan los juegos de luces y sombras.
×      El sentido de la teatralidad hace que las esculturas se conciban dentro de un marco. Por ello, se potencia la unión de la arquitectura y la escultura.
×      Las expresiones humanas se plasman con dramatismo, lo que ayuda a conmover al espectador.
×      Se desarrolla el gusto por el desnudo.
×      Se representan distintos temas: religiosos, mitológicos, retratos…

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