domingo, 20 de mayo de 2012

Filosofía. Relación de autores con Kant


Relación de Kant con otros autores. 

En esta última cuestión abordaremos algunos de los aspectos de la filosofía kantiana que han tenido una honda repercusión posterior, tanto a nivel filosófico como en muchos otros campos de la sociedad actual.

 Sin ningún tipo de duda podemos aformar que Kant es uno de los más grandes pensadores de Occidente y que ha influido enormemente en muchos ámbitos de nuestra sociedad. En la actualidad, contamos con un gran número de conceptos y problemas que tienen su origen en Kant o pueden pensarse desde presupuestos kantianos. Toda su filosofía ha servido de punto de referencia en el marco de la política, la ciencia, la educación, la moral... Resulta evidente la relevancia de los conceptos kantianos de libertad autonomía, actitud crítica, dignidad, respeto..., en nuestra sociedad.


En primer lugar destacaremos la tarea filosófica llevada a cabo por Kant en lo concerniente al tema de las ciencias, pudiendo afirmar que es una de las aportaciones más importantes al saber humano. Kant representa el punto de referencia para poder entender la problemática de las ciencias modernas. Científicos como Einstein, Gödel o Heissenberg nos han mostrado que el conocimiento sólo se puede dar en una síntesis entre lo objetivo y lo subjetivo, lo a priori y a posteriori, la intuición y el entendimiento. Síntesis entre empirismo y racionalismo que Kant llevó a cabo en su filosofía, tal y como hemos explicado en puntos anteriores.

 Adentrémonos en el aspecto científico, podemos destacar dos ámbitos en los que la aportación kantiana sigue vigente: la ciencia cognitiva y la bioética.

 Respecto a la ciencia cognitiva, entendida como una ciencia que intenta comprender cómo un sistema físico puede recibir, seleccionar y procesar información (tal y como lo llevan a cabo los ordenadores y la mente humana), la teoría kantiana de la actividad mental muestra una gran afinidad con ella.

 Kant mostró su preocupación al respecto intentando responder a cuestiones acerca de cuánto, cómo y qué podemos conocer, lo que revela su interés por la capacidad y los límites de la mente humana. Hoy, esas mismas preocupaciones retoman fuerza en los trabajos de Patricia Kitcher (1990) o los de J. Fodor (2003) que recurren de nuevo a las propuestas kantianas. Por ejemplo, una de las tesis fundamentales de la filosofía crítica kantiana, el giro copernicano, resulta de un gran interés para las ciencias de la cognición. Fue un verdadero giro en el conocimiento y, después de éste, la filosofía ya no versará sobre el objeto sino sobre el sujeto que conoce y sus facultades. Este giro aún es compartido por los científicos cognitivos, quienes se preocupan, antes que nada, por conocer las capacidades mentales, su alcance y su funcionamiento.

También podemos encontrar influencias kantianas en el ámbito de la medicina y de la bioética, entendida ésta como una rama de la ética que intenta establecer los principios orientadores de la conducta humana en el ámbito médico. Los conceptos de respeto y de autonomía, constituyen una prueba fehaciente de que Kant ha contribuido enormemente a la formación de los presupuestos más elementales de la bioética actual.

El criterio fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a sus derechos y a su bien más preciado e integral: la dignidad de la persona. Este principio de respeto a los seres humanos, impone la obligación de asegurar las condiciones necesarias para que éstos actúen de forma autónoma. Aquí nos referimos al principio bioético de la autonomía de los pacientes: el médico debe respetar las ideas, principios, convicciones y elecciones autónomas de sus pacientes. Este principio es necesario para que un médico, en su práctica profesional, pueda tener en cuenta las peculiaridades de su paciente y, consecuentemente, sea tratado como fin en sí mismo y no como medio. Justamente en esto consiste el respeto a la dignidad y a la autonomía de la persona en sentido kantiano.

 Pese a su capital importancia, la autonomía, concepto kantiano plenamente vigente hoy en día, puede aparecer como un arma de doble filo por el enorme desarrollo tecnológico de nuestra sociedad. Este desarrollo permite la realización de prácticas insospechadas en tiempos de Kant, capaces de manipular la intimidad del ser humano y alterar el medio. En este sentido podríamos mencionar, por ejemplo el abanico de problemas éticos que plantea la práctica incontrolada de la ingeniería genética: la clonación de embriones humanos, la selección del sexo de los hijos, la producción de niños a la carta...

 En otro orden de cosas hemos de remarcar, también, la extraordinaria importancia de los principios de humanismo cosmopolita de Kant. De ahí que, en estos días en los que prevalecen los valores individuales y los intereses particulares frente a los de carácter universal, sea oportuno reivindicar un "retorno a Kant", tal y como decía F. A. Lange. Por eso es conveniente promover los presupuestos de la cultura cosmopolita, por lo que tienen de defensa de valores como la tolerancia, las libertades, la democracia y la dignidad humana.

Por último, hemos de recordar que Kant es, posiblemente, el filósofo que más ha insistido en la importancia de la capacidad crítica como elemento indispensable de la educación. Además, se preocupó por describir detalladamente en qué consiste la tarea crítica de la filosofía, de qué modo es indispensable en nuestra formación y cómo puede ser enseñada. Reflexión crítica que es indispensable transmitir a los ciudadanos, por el impulso que ha tomado la actual sociedad de la información en la que, manipulación, notícia, publicidad e interés no siempre son fáciles de distinguir.

Kant estaría de acuerdo en que el deber de la sociedad es formar a personas con capacidad crítica y racional. El viejo lema ilustrado, tiene una enorme vigencia "sapere aude", el llamamiento a pensar por uno mismo y a la actitud crítica, como motores del progreso humano.

Vemos, pues, que la actualidad de la obra kantiana radica en ser un ejemplo estimulante y eficaz de reflexión crítica y autónoma, mostrándonos desde hace más de dos siglos, la importancia de la pluralidad, la tolerancia y, sobretodo, del sentido crítico.

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